Phyllida Barlow, PRANK: jape; 2022/23’, 2022 – 2023, Hauser & Wirth Menorca, 2025 © Phyllida Barlow Estate. Foto: Daniel Schäfer
En medio del jardín perenne de Piet Oudolf se encuentra la escultura de bronce ‘Untitled (Crow 2)’ (2023), del artista de Los Angeles Gary Simmons. Desde finales de la década de 1980, Simmons se ha inspirado en iconos y estereotipos de la cultura popular norteamericana para crear obras que exploran políticas raciales y de clase. El cuervo alude a diferentes referencias, como las leyes Jim Crow del Sur de los Estados Unidos, los pájaros de la película de Alfred Hitchcock, así como los personajes de la película de animación de Disney ‘Dumbo’, en la que se utilizaban cuervos de pie para representar personajes negros. Al utilizar bronce por primera vez a gran escala, las formas de la escultura de Simmons se mantienen sin refinar, como si todavía estuvieran en proceso de modelaje y definición.
Gary Simmons, Untitled (Crow 2), 2023, Hauser & Wirth Menorca © Gary Simmons. Foto: Daniel Schäfer
David Zink Yi, Untitled, 2015, Hauser & Wirth Menorca © David Zink Yi. Foto: Daniel Schäfer
La obra ‘Untitled’ del artista peruano David Zink Yi, realizada en acero inoxidable, representa el brazo de un pulpo, un motivo recurrente de la obra del artista. Inspirado en moluscos y cefalópodos como pulpos y calamares, Zink Yi explora la intersección de la biología, la mitología y la filosofía. Su fascinación por estas criaturas va más allá de su presencia en los relatos históricos y culturales; los pulpos, en particular, han sido objeto de numerosos estudios en neurobiología debido a su inteligencia excepcional.
La divergencia evolutiva entre los pulpos y los humanos, que se remonta a unos 600 millones de años, refuerza la percepción de estos seres como radicalmente ajenos. Su morfología y comportamiento, tan distintos a los nuestros, generan una sensación de alteridad que Zink Yi captura en su escultura. Al aislar una sola extremidad, la obra oscila entre la figuración y la abstracción, destacando las cualidades alienígenas y orgánicas de estos enigmáticos seres. Más allá de su profundidad conceptual, ‘Untitled’ posee un significado personal para el artista, evocando recuerdos de su infancia y juventud en la costa del Pacífico peruano. Esta dimensión emocional, sumada a sus referencias científicas y filosóficas, convierte la obra en una meditación sobre la naturaleza, el tiempo y la percepción humana.
Al final del bosquecito de acebuches se encuentra ‘PRANK: jape; 2022/23’ (2022 – 2023) de Phyllida Barlow. Esta obra forma parte de una serie de siete esculturas creadas por Barlow para el City Hall Park de Nueva York en 2023, marcando un paso importante hacia el uso de materiales robustos para el exterior antes de su prematura muerte en marzo de 2023. Cada escultura, realizada en acero y fibra de vidrio, está basada en un objeto cotidiano que podría encontrarse en una casa o en el estudio de un artista, lo que le permite a Barlow regresar a varios de los temas y motivos recurrentes a lo largo de su carrera. Los objetos han sido rotados, repetidos y apilados para crear estructuras torpes e improbables. Una extraña forma irregular blanca, conocida como ‘rabbit ears’ (orejas de conejo), y que Barlow utilizó por primera vez a principios de los 90, aparece en cada ensamblaje angular de acero, equilibrándose sobre estructuras excéntricas como si estuviera en una actuación. El título de cada escultura consiste en una sola palabra evocadora: antic, hoax, jape, jinx, mimic, stunt y truant. Juntas, sugieren el interés de Barlow en el potencial creativo de la interrupción y la transgresión de las normas, un sello distintivo de su arte.
Eduardo Chillida, Saludo a los pájaros II (Salute to the Birds II), 2000, Hauser & Wirth Menorca © Zabalaga Leku, San Sebastián, VEGAP, 2025. Foto: Daniel Schäfer
Dando continuación a la gran exposición ‘Chillida en Menorca’, la delicada escultura de acero corten ‘Saludo a los pájaros II’ (2000) de Eduardo Chillida se alza frente el gran ventanal situado al final de las Galerías Norte, rodeado de árboles y con vistas al puerto. La escultura, que parece casi ingrávida, denota el dominio de Chillida de los materiales y las formas, así como su pasión por los fenómenos naturales.
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